miércoles, 12 de febrero de 2014

Punto Vital para la práctica 20 VG - Dumai




Cuando nos interesa conocer el alcance de nuestra práctica y nos ponemos a investigar, encontramos que existen zonas específicas o puntos de acupuntura que resultan fundamentales para liberar la circulación de energía en un área concreta y aumentar el nivel de Qi con un propósito determinado.


Es el punto N.º 20 del M.E Vaso Gobernador o Du Mai, canal yang cuyo trayecto discurre por la línea media de la cara posterior de nuestro tronco, a lo largo de la columna vertebral. Este punto es el más elevado de nuestro cuerpo, se sitúa en la cima de la cabeza, en el extremo posterior de la abertura craneal de nutrición o fontanela.

Podemos ligar el baihui a nuestra posición de la cabeza desde el punto de vista físico y también durante la práctica de las artes marciales, artes de salud y otras numerosas disciplinas procedentes de la cultura asiática. Este punto manifiesta nuestra energía en lo más simple de nuestra vida cotidiana y también se percibe indirectamente en las artes corporales y otras técnicas occidentales. Normalmente, en Japón se mide el vigor de un hombre por la manera en que endereza la cabeza, al igual que sucede en las artes marciales japonesas.

Existe una tradición internacional que consiste en calibrar la vitalidad de un neonato según sea la forma en la que sostiene su cabeza. Si no puede enderezarla se le pronostica un estado enfermizo, una anormalidad en la salud, una enfermedad genética. Asimismo, en todos los ejércitos del mundo se exige a los soldados que practiquen el posicionamiento de la cabeza y el cuerpo, este porte simboliza claramente fuerza, vigor y rectitud social (no imaginamos a los piratas haciendo lo mismo).

El punto baihui sirve también en África como soporte para quienes, desde su más tierna infancia, transportan sobre su cabeza tinajas llenas de agua u otros objetos. Esto construye bellas personas en las que se reconoce espontáneamente la plenitud del porte. Ocurre lo mismo en la danza clásica. Una parte de la belleza de los bailarines clásicos europeos reside en la presencia que transmite la posición perfectamente erguida de la cabeza, que proporciona una sensación de grandeza y ligereza al mismo tiempo.

Desde el punto de vista espiritual, las cualidades que se atribuyen al baihui varían según las tradiciones y religiones. César dijo de los guerreros galos que lo único que parecía asustarles era que el cielo cayese sobre sus cabezas. De lo cual podemos deducir que sólo temían que un desacuerdo con los dioses de su panteón espiritual pudiese atraer las iras vengativas del cielo. En la yurta, tienda de campaña utilizada por los nómadas de Mongolia, la abertura superior que permite la salida del humo está hecha, tradicionalmente, a imagen de la fontanela, y es la puerta de la armonía entre la familia nómada y el Cielo.

Para los chamanes chinos una parte de las cartas de nuestro destino (con las que jugamos aunque el destino no esté escrito) habita en una residencia celeste, un cielo más allá del cielo, con el que permanecemos en comunicación después en la tierra. Ciertas prácticas de qigong recomiendan una concentración sobre este punto con la intención de abrirlo al cielo, realizando una relajación que permita dejar actuar a la energía yang cósmica que nos atraviesa desde arriba hasta abajo.

Las personas deprimidas raramente poseen un porte bonito de la cabeza. En la vida cotidiana, una postura natural con este punto extendido sin esfuerzo hacia el cielo revela armonía. 


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